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¿Cómo conocer a tu cliente?

Una vasca, me contó una anécdota que te da la clave para conocer a tu cliente.

Ella trabajó en urgencias en un hospital de Pontevedra unos veranos atrás.

Y me la contó entre cervezas en Oviedo.

Oye.

Contó una.

Especialmente una.

Fue la que me llamó la atención.

No la del hombre preocupado porque le había entrado crema en el ojo.

¡Y era factor 50!

No.

Esa, no.

Me sorprendió la del belga que estaba haciendo el Camino de Santiago.

El menda estaba descansando, tomando algo en una de las paradas, al final del día, cuando los senderistas se quitan los zapatos y cogen las cervezas.

Comenzó a retarse con la gente que había allí que él podía comerse cualquier cosa.

¡CUALQUIER COSA!

Y en una de esas,

cogió un par de raíces del suelo y se las comió.

Le dio un jaleo bueno.

tum-tum-tum

tum-tum

tum

tu

t

.

..

Entró en parada cardiovascular.

Llamaron a emergencias.

Y una vez llegó al hospital, los médicos estuvieron reanimándolo, pero…

(Le enchufaron una máquina que le aplicaba la reanimación cardiovascular y lo dejaron ahí).

… durante 40 minutos estuvo muerto. Sin embargo, DESPERTÓ.

Un belga que casi muere y no es del balconing.

Eso no era lo curioso.

Lo curioso fue que.

Una pareja.

Llegó y

Dijo…

No lo conocemos, pero estábamos con él cuando pasó.

Entonces, le hicieron preguntas si sabían que había comido.

Solo dijeron…  que había cogido como unas raíces blancas que había en el lateral del sendero.

La doctora, comenzó a investigar y por lo visto,

es típico que en los senderos del Camino nazca la cicuta.

El belga estuvo a punto de morir como Sócrates.

El de “Solo sé que no sé nada”.

El belga sí que no sabía nada de lo que se había metido entre pecho y espalda.

Los análisis lo confirmaron y antídotos a hierro contra cicuta.

Gracias a que la doctora Escuchó.

Escuchó a la pareja.

Es la clave.

Oye.

Para conocer a tu cliente debes escucharlo.

Al igual que los médicos necesitaban conocer lo que el belga había comido para salvarlo.

Es importante conocer las necesidades y preferencias de tus clientes para ofrecerles soluciones.

No vendas lo que sabes hacer.

Vende lo que a tu cliente le interesa que sabes hacer.

No vendas las características de tus productos o servicios.

Vende los beneficios que le aporta a tu cliente comprarte a ti.

Si necesitas ayuda con eso.

Pon tu email aquí:

Si no,

También.

Buen día,

Alberto.