Escribe mensajes vívidos que creen una imagen mental en tu lector, en tu audiencia.
Es decir, cuanto más detallados estén los escenarios, personajes y acciones, más fácil será para tu lector crear una imagen mental y se involucrará más emocionalmente.
Esto no lo digo yo,
lo dice Michael Hauge
(uno de los mejores guionistas de Hollywood).
Es más,
te voy a poner un ejemplo suyo
que te va a hacer entenderlo a la perfección.
«Catherine era una madre soltera que luchaba con una situación financiera complicada».
Esa sería una descripción general que no te dice nada.
Sin embargo, si le agregas seis elementos vívidos para crear una imagen mental de la escena, conducirás a la comprensión de esa persona y a identificarte o empatizar con ella.
«Catherine estaba envuelta en su bata de baño mientras estaba sentada en la cocina de su pequeño apartamento de una habitación. La destartalada mesa de cartas frente a ella estaba cargada de montones de sobres sin abrir. Mientras sus dos pequeñas hijas devoraban otro plato de espaguetis, trató desesperadamente de separar las facturas que debían pagarse de inmediato de las que podrían posponerse un mes más».
Estoy seguro de que te sientes más involucrado
con el segundo relato que con el primero.
Y este es el mejor resumen
del poder que tienen las historias para el lector.
Cuidando el detalle.
Cuidar los elementos vívidos,
tanto del personaje, escenario y acción,
se consigue transmitir tu mensaje con mayor persuasión.
Para más consejos como este, te recomiendo mi lista.
Puedes apuntarte abajo.
Que tengas un buen día,
Alberto.
Pd: Esto es abajo.