Te hablaré de controlar las expectativas.
Oye, te pueden jugar una mala pasada.
Estuve en Burgos, hace unos meses.
En febrero.
En la Antártida, casi casi casi más frío que en Burgos.
Tú coges un pingüino de la Antártida, lo llevas a Burgos y a los 10 minutos se ha comprado un chaquetón.
Mientras diría algo así como:
-Esto no hay Dios que lo soporte.
Es más.
Le tienes que dar dos manos de vivaporus porque se te escarcha.
Se arriman a los puestos de las castañeras.
De verdad como te lo estoy contando.
Burgos, la única ciudad del mundo donde hay estatuas con mocos.
Se les tiene que sacar con alicates.
Una pena ver allí al Cid, con un clínex al lado.
¡Vamos, hombre!
Dicen que se fue a Valencia a pelear con los moros.
Se fue con el INSERSO a disfrutar un poco de una climatología menos adversa.
Esto sería, si el que te describiera Burgos fuera Leo Harlem en uno de sus monólogos.
Si fuera mi amiga Carmen.
Sería algo así como:
-A ver yo entiendo, que a ustedes os pueda sorprender Islandia, pero es que yo abro la puerta de mi casa y es lo que me encuentro.
Claro, ¡Carmen!, tú paseas entre tronchos de glaciares.
Sin lugar a dudas.
Para mí es la persona que mejor vende, posiciona y halaga a su ciudad.
Que yo conozca.
Con esto lo que te quiero decir. Da igual lo que vendas.
Lo importante es cómo lo vendas.
Llegué a Burgos con un chaquetón enterizo Norway, guantes para la nieve, bufandas y térmicas.
Por poco, hecho unas botas de nieve. Llego. Primer paseo.
Un caló.
Hacía años que no se veía un finde tan caluroso en febrero en Burgos.
¡Caaaarmeeeen!
-Te prometo, que esto no es lo normal.
La creí, cuando la gente por la calle nos miraba y nos decía: «¡Menudo finde más bueno habéis pillado!»
Mientras tanto, nosotros.
Sudando como pollos con nuestros chaquetones de expedición al ártico.
Así que hay que saber vender.
Aunque no hay que crear expectativas de más.
Oye, si te pasas de rosca.
Por muy bueno que sea algo, no lo valoras igual.
Expectativas altas.
Batacazos altos.
Que no he venido aquí a criticar la catedral de Burgos ni mucho menos.
Que he venido a hablar de expectativas.
Crea expectativas.
Pero.
No te flipes.
Te lo resumo.
Burgos puede ser frío en invierno, pero eso no significa que no tenga su encanto y belleza.
No te dejes llevar por la emoción y la euforia. Controla tus emociones.
Así que prepárate en el mundo de las ventas,
como si tuvieras que vivir en Burgos.
Si no sabes cómo crear expectativas.
Tengo un consejo para darte.
En el primer correo.
Te lo envío.
Es aquí.