Oye, no era ni el momento, ni el lugar.
Sigo con esa escena que te conté ayer. Chiquito de la calzada con un jersey sobre una camiseta verde, cojeando encima de la tarima, mientras me dirigía al tribunal.
Solo miré a la presentación en un par de ocasiones, para señalarles con el puntero láser una cosa en el gráfico y solo porque me hacía ilusión, ya que me había comprado el mandito, pero así era un poco más didáctico.
Mientras tanto, yo tenía una conversación imaginaria con mi padre. Tras de mí pasaban un carrusel de imágenes impactantes. Que ya te digo, no miraba.
Yo los miraba a ellos, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, lentamente y con seguridad, mientras seguía contando mi hazaña.
En cada diapositiva:
Una sola imagen. No más de 6 palabras por presentación. Todo hilado con una historia como la que podrías contarle a un amigo.
No más. Muchos datos abruman. Muchas imágenes abruman. Mucha información te hace perder el foco.
A los humanos nos gustan las historias, ¿por qué nos acordamos de las anécdotas?
Exacto. Nos parecen divertidas, curiosas, nos dan miedo o… en definitiva, nos causan una sensación.
Y como nos acordamos de las cosas que nos causan una sensación, pues mi objetivo era causarle algo, mientras sí o sí los entretenía.
Una presentación que en menos de 10 minutos había finalizado. Se les había quedado cara de querer más. De solo haber visto el tráiler.
Y es ahí cuando señalo.
Tranquilos, esta es tan solo la primera parte. Era el contexto para que veáis la parte fea y aburrida de los datos.
Es decir, dediqué 10 minutos de mi presentación a captar la atención de mis oyentes.
A interesarse por un tema complejo, pero nunca usé ni un tecnicismo.
Porque realmente, yo estaba hablando con mi padre y no con profesores de universidad.
Así capté su atención, porque las personas preferimos las cosas masticadas y sencillas.
Focalízate en captar la atención, para luego llevarlos al terreno que realmente a ti te interesa.
Ya esas personas han segregado tanta saliva por la emoción y la curiosidad de estar aprendiendo algo que el tiempo se les pasó volando y solo querían saber un poco más.
La segunda parte de la presentación te la cuento mañana.
¿Sabes por qué?
Porque ya he captado tu atención.