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La cagá de la burra.

En la misma cena que te comenté antes de ayer.

Se abrió el champán de anécdotas escatológicas.

Mal tema, para acompañar las pizas, pero una vez abierto el melón.

Solo quedaba aguantar el chaparrón.

Oye, siendo yo en numerosas ocasiones el más sinvergüenza, mantuve el silencio.

Escuchaba expectante.

A esto que dice mi amiga.

Eso me recuerda a lo del burro ese que dividen un terreno en parcelitas.

¿Què?

Por lo visto, en un pueblo de Alicante, los vecinos de ese pueblo se reúnen en una plaza.

Esa plazuela tiene al lado un pequeño terreno con pastos.

Lo dividen como con una tiza así blanca como la de pintar los campos de tenis o de futbol.

Y les ponen nombre a las parcelas como si se tratase del buscaminas, rollo A3, B4, D12.

No tengo ni idea de hasta más del doscientos y pico.

Pero atento.

Que viene lo mejor.

Los vecinos hacen apuestas.

Compran un número que va enlazado con un trocito de parcela.

Y se agolpan en las vallas amarillas de obra a mirar y a comentar su jugada.

¿Qué miran?

A la burra del alcalde.

Antonio, tiene una burra.

Antonio, el alcalde.

Y parece ser que en un pleno del ayuntamiento dijo… ¿Cómo podemos recaudar más dinero para la cabalgata de reyes?

– ¡Mierda!

-Adjudicado.

¿Qué?

Un pueblo expectante, a que un burra paste tranquilamente por un trocito de tierra y cuando esta cague.

Si el mojón cae en la parcela que tú has comprado en el boleto, puedes ganar 200 euros.

A ver para que te hagas una imagen mental, una chica en una mesilla plegable con una cartulina grande de las que se usan en las manifestaciones, le ha hecho cuadraditos para que coincidan con los de las parcelas del terreno donde va a pastar el burro.

Parece que tres casillas son 5€.

Y luego apunta los nombre de aquellos que pagan por un huequín de esa parcela.

Mientras que la burra caga o no caga.

Todos miran, comen, beben y bailan.

Lo que se hace en una verbena.

Mientras esperan el momento álgido del evento.

Los vecinos saben que es complicado, no tienen claro cuál es la buena estrategia para ganar. Si comprar muchas papeletas o si analizar donde hay mejor hierba.

Y todo esto concluye con el gran aplauso cuando el burro deposita su digestión solidificada en un trocito de tierra.

A lo que iba, menuda estrategia de marketing.

Con unas cuantas vallas, un terreno y bueno el burro.

Te montas una concentración de decenas de personas del pueblo y alrededores, consumiendo bebidas, comida y boletos. Mientras la orquestilla ameniza el día.

Te genera al menos… en la cuarta edición fueron pues unos 700 euros por papeletas, pero lo importante no es la recaudación de las apuestas.

Si no el turismo y lo que atrae el evento.

Has hecho algo que ya existías y lo has adaptado a tus necesidades.

¿Què?

Si las chicas que tuvieron la idea confiesan que por lo visto otro pueblo hace lo mismo con una vaca y les pareció buena idea.

Han copiado, transformado y adaptado el concepto.

Y eso es lo que hay que hacer en los negocios.

Copiar negocios que funcionen, transformarlos y adaptarlos al concepto que quieras transmitir.

No hay que inventar la rueda hay que cambiar la perspectiva con la que se ve la rueda.

Es una rifa de toda la vida, pero crea curiosidad el elemento de aleatoriedad que da el burro.

Si necesitas a alguien que no te cree la rueda pero que te cambie la perspectiva con la que enfocas tus textos… agenda tu consulta gratuita.

Pd: Si el burro caga en diferentes sitios, gana el que más cantidad tenga, no sé quién lo pesa pero… como todos los juegos tiene sus reglas.